Los muñecos de esta ilustración son de los que se utilizan en las fábricas de automóviles para comprobar las condiciones de seguridad de los nuevos modelos durante un choque
Y como lo único que aprendieron a hacer es a chocar, no pueden evitar seguir haciéndolo hasta en sus ratos libres.
Osho dice, en “El libro del niño”:
Si ves a tu padre y a tu madre profundamente enamorados, un gran amor, cuidándose mutuamente, con compasión mutua, con respeto mutuo, habrás visto cómo ocurre el amor. Surge la esperanza. Cae una semilla en tu corazón y empieza a crecer. Sabes que te va a suceder a ti también.
Si no lo has visto, ¿cómo vas a creer que te va a suceder a ti? Si no les sucedió a tus padres, ¿cómo te va a suceder a ti? En realidad, vas a hacer todo lo posible para evitar que te ocurra, de lo contrario te parecerá una traición hacia tus padres.
Un cuento de la tradición Sufí acerca de los condicionamientos:
Un viejo árabe conducía una caravana que atravesaba el desierto.
Una noche sólo se encontraron 19 de las estacas que se utilizaban para atar a los 20 camellos.
Consultaron al anciano, quien dijo: “Simulen que también clavan la estaca del camello número 20 y creerá que está atado”.
A la mañana siguiente efectivamente todos los camellos estaban en su sitio. Los desataron y lentamente se pusieron en marcha. Todos excepto el número 20, que se negaba a avanzar.
Entonces el anciano, sonriendo, ordenó: “Simulen que desatan también la cuerda de ese camello”.
Y recién entonces pudieron continuar la travesía.
Muchas veces actuamos mecánicamente, como el camello o como los muñecos de la ilustración, ajustándonos a condicionamientos que nos limitan. Sin embargo, tenemos frente a nosotros infinitas posibilidades. Somos completamente libres de elegir nuestro destino…
Fuente: http://www.amarseaunomismo.com/
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