Sonrío y me siento bien, hago sonreír y me hace feliz. Cuando sonrío es posible que me sienta menos estresada. Cuando sonrío también siento que si tenía algo de dolor, lo puedo soportar ahora mejor. Una sonrisa me hace sentir relajada y distraída.
¿Será entonces verdad eso que dicen que reír alarga la vida? Sí, algo de verdad hay en ello… ¿Y sabes por qué? Porque si mi cerebro ríe, libera endorfinas. La liberación de endorfinas está presente en todos los estados de ánimo positivo y una de las responsables más importantes de la sensación de placer o de que el cerebro nos anestesie con rapidez cuando sufrimos un daño.
Además, cuando nos reímos reducimos la liberación de cortisol, la hormona del estrés; para compensarlo, el cerebro libera dopamina, una sustancia que se asocia con emociones positivas. Con la risa logramos también liberar energía negativa del cuerpo, tal y como nos contó Freud.
Quiero seguir convenciéndote para que no pierdas la sonrisa, así que te contaré que cuando activas los músculos faciales encargados de la risa tu cerebro comienzo a liberar inmediatamente dopamina y endorfinas, aunque la sonrisa no sea espontánea. Este último matiz es muy importante, ya que implica que cambiando nuestra gestualización de manera consciente podemos también cambiar nuestro estado de ánimo.
Por otro lado, ¿qué ocurrirá entonces si me hacen reír? Pues que tu cerebro se oxigenará y tu sistema límbico se activará y con ello facilitará las funciones de retención de memoria. Así, no olvides hacer reír antes de contar algo que quieras que alguien recuerde. Su cerebro estará más preparado para codificar, retener y recuperar esa información.
“Una sonrisa cuesta poco pero vale mucho. Quien la da es feliz y quien la recibe la agradece. Dura solo un instante y su recuerdo, a veces, perdura toda una vida”
-Mariano Aguirre-
Efectos sociales de la risa
Después de haber visto cómo funciona mi cerebro cuando me estoy riendo, vamos a ver qué ocurre en los demás cuando les obsequio con mi sonrisa. Lo cierto es que la sonrisa nos hace más atractivos; alguien sonriente siempre va a ofrecer una compañía más deseable que alguien que no sonría o que frunza el ceño nada más conocer a otra persona.
La risa proyecta una imagen de mí mismo de seguridad y estima, genera más confianza e invita a que los demás se acerquen a ti. Así, cuando sonrío me siento más optimista y puedo generar una mejor versión de mí, una versión que luego trasladaré -y contagiaré- al exterior.
La sonrisa tiene el poder de generar sonrisas en los demás gracias a nuestras “neuronas espejo“. Estas neuronas se encargan de imitar de forma innata aquello que vemos del exterior. Por eso a veces cuando oímos o vemos a alguien con un ataque de risa, nos ponemos a hacer lo mismo sin saber porque, nos contagiamos de su energía positiva.
El humor y la risa pueden darnos un nuevo enfoque sobre las situaciones en las que nos encontramos, ya que activan nuestra corteza prefrontal. Este área se encarga de las funciones humanas más desarrolladas, como la creatividad, la perseverancia, el pensamiento más flexible y la organización. Así lo demuestra un estudio realizado en 2010 sobre la risa y el cerebro.
Rodéate de personas que te hagan reír
Conociendo ahora todos los beneficios de la risa buscaré a personas que me hagan reír, buscaré gente optimista y con la sonrisa en la cara. Voy a rodearme de gente que me transmita energía y buen humor. Voy a buscar gente que sepa reírse de sus problemas, que vea un lado cómico a las situaciones y sobre todo que sepa reírse de sí misma. Quiero gente que desprenda sonrisas y que las contagie.
Me comprometo yo también a transmitir todo esto, a hacer reír, a repartir dopamina, a reducir el cortisol, a aumentar las endorfinas y a activar tus neuronas espejo. Me comprometo porque quiero verte reír, porque el humor ayuda a superar las adversidades y ver un poco más de luz al final de cualquier túnel. Quiero que sea así, porque quizás cuando ya no me quede nada más por aportar, te daré una buena sesión de risas… y si con ello puedo ayudarte, ten por seguro que lo haré.
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