domingo, 1 de enero de 2017

PODERES DORMIDOS

Somos almas, aunque vivimos solamente como materia. Somos materia movida por un espíritu. Y tenemos la capacidad creativa de densificar nuestros pensamientos y emociones. De convertirlos en materia, aunque no seamos conscientes de esto.

No conocemos como funciona nuestro cuerpo, no sabemos de nuestros poderes, de lo que podemos llegar a ser capaces. Y como no creemos nada de esto y ni siquiera queremos salir a averiguarlo, nos hacemos adictos a la estructura imperante en cada una de nuestras mentes, en cada una de nuestras culturas.

No podemos despegarnos de la realidad que vemos, no queremos salir de ese mundo que nos presentaron como cierto y único. Si la ciencia dice que es imposible curar una enfermedad, entonces será imposible hacerlo. Si aparece en los medios de comunicación, será verdad. Si lo enseñan en la universidad, será así.

Desde que nacemos hasta que nos convertimos en adultos limitan nuestro ser con información erronea. Nuestra creatividad esta atrofiada, son pocos los seres humanos que usan la energía del crear y son conscientes de aquella fuerza tan poderosa. Y ni que hablar del corazón, de las emociones. Nos enseñan a no sentir, nos prohíben sentir. Es por eso que no tenemos consciencia de lo maravilloso de nuestro chakra corazón, de la inteligencia que ahí reside.

Al menos, la mayoría reconoce que tiene un cuerpo mental, pensar no tiene tanta mala prensa en los tiempos que corren. El problema es que no pensamos libremente y creemos que solo somos nuestros pensamientos.

El implante informativo que tenemos en nuestro cerebro se lleva de maravillas solo con lo que se puede tocar y con los pensamientos limtantes. Aunque descree del resto de nuestras energías invisibles.

Somos capaces de sentir, de pensar, de crear y de materializar, equilibradamente. El espíritu se hace cuerpo, lo invisible se hace visible. Si comenzamos a utilizar nuestros poderes dormidos, podremos transformarnos en artistas con obra propia y dejar de ser robots, producto de la invención de otros.

Por Gustavo Levin

No hay comentarios:

Publicar un comentario