Hay días en que despertamos con buen humor, en los que tenemos más energía para afrontar el día a día, más ganas de reírnos y más ganas de comernos el mundo. Podemos pensar que esto sucede porque sí, sin más, pero lo cierto es que nuestros pensamientos y neurotransmisores tienen un papel fundamental. Ahora bien, ¿cómo recuperar el ánimo cuando lo perdemos con facilidad?
Esos días grises, en los que apenas tenemos energía y lo máximo que nos apetece es aislarnos del mundo o incluso, desaparecer no ocurren por casualidad. El bajo estado de ánimo y el malestar suelen tener una razón, un motivo por el cual irrumpen en nuestras vidas. Además, solo a partir de su conocimiento seremos capaces de afrontar de manera adecuada ese manto gris que nos envuelve.
Normalizar, aceptar y aprender de los días más desanimados es fundamental, ya que todos los sentimientos y
emociones son importantes. Tan negativo es estar siempre con el ánimo bajo como caer en un exceso de euforia.
“Es más apropiado para un hombre reírse de la vida que lamentarse”.
-Séneca-
¿Por qué es importante tener un buen estado de ánimo?
Partiendo de la base de que todos los días no pueden ser buenos, de que todas las emociones son adaptativas y de que el
estado de ánimo fluctúa dentro de unos parámetros llegamos a la conclusión de que es imposible estar siempre exultante. Aún así, aprender a mantener un buen estado de animo es fundamental para conseguir nuestros objetivos y para:
Perseverar hacia la consecución de metas.
Mantener un buen estado de salud.
Evitar ansiedad, estrés o depresión.
Fomentar tus relaciones personales.
Sentirte feliz y fomentar tu bienestar.
Ya lo dijo
Marco Aurelio “la felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos” y aunque él obviaba la parte neurobiológica de esta afirmación, siglos más tarde la neurociencia le ha dado la razón. Cada vez que tenemos un pensamiento, se produce una reacción bioquímica en el cerebro y se liberan determinadas sustancias químicas que envían mensajes al resto del cuerpo. A su vez, cuando este los recibe se producen una serie de reacciones físicas para alinear el estado del cuerpo con el pensamiento originado.
Así, un camino para modificar nuestro estado de ánimo sería modificar nuestros pensamientos. Sin embargo, esto es mucho mas fácil en la teoría que en la practica, ya que la mayor parte de nuestros pensamientos están controlados por nuestro
inconsciente . De hecho, a veces intentar evitar los pensamientos negativos puede tener el efecto contrario: aumentarlos. Por lo tanto, no hay que boicotearse ni sentirse culpable si alguna vez quedamos atrapados por este tipo de pensamientos, ya que modificarlos requiere de mucha práctica.
“No pienso en todas las desgracias, sino en toda la belleza que aún permanece”.-Anne Frank-
¿Cómo recuperar el ánimo?
Para poner en marcha ciertos
hábitos que nos ayuden a recuperar el ánimo, primero debemos asegurarnos de si estamos preparados y si es adecuado abandonar el estado anímico en el que nos encontramos. Una vez analizada la situación, y tras chequearnos, podemos llevar a cabo los siguientes pasos:
Aumentar nuestro nivel de actividad. Hacer ejercicio, practicar algún deporte o apuntarnos a alguna actividad que nos interese aumenta nuestro bienestar.
Dar un paseo. Algunas investigaciones sugieren que caminar estimula zonas del cerebro que mejorar el estado de ánimo.
Retomar el contacto con amistades. Tener vínculos estrechos con otras personas es una de las claves más importantes para la felicidad.
Escuchar música. La música es capaz de despertar en nosotros emociones como la alegría, la motivación y el buen humor.
Librarnos de algunas tareas. Clasificar las tareas pendientes y deshacernos de aquellas menos importantes o incluso, prescindibles facilitará un mejor estado de ánimo.
Organizarnos en períodos breves de tiempo. Una buena planificación es clave para enfocarnos en las tareas más importantes y permitirnos momentos de descanso.
Por otro lado, la técnica de la reestructuración cognitiva utilizada en las terapias cognitivo-conductuales es una buena estrategia para modificar la interpretación de nuestras creencias a través de preguntas. A través del cuestionamiento de lo que pensamos podemos modificar nuestros esquemas y en consecuencia, recuperar el ánimo. Para ello, lo mejor es acudir a un profesional especializado.
“El gran descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden cambiar sus vidas cambiando su actitudes mentales”.
-William James-
Por Fátima Servián Franco
Psicóloga General Sanitaria. Profesora colaboradora en la Universidad Internacional de Valencia y directora del centro de Psicología, Renacer.