Así, a continuación vamos a recopilar algunas de las ideas a las que Jung dio forma. Ideas que muchas veces resuenan como mantras en nuestro interior. Pensamientos que revolucionarios que bien interpretados pueden constituirse en auténticos motores de cambio…
“La vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir”
Efectivamente… todos nosotros tenemos deseos, anhelos, motivaciones y un potencial inmenso por descubrir. Muchas veces nos encontramos viviendo una vida que no nos corresponde. Nuestro ser grita y nadie le escucha. Se incomoda y lucha, pero acaba por aceptar un destino que no es el que busca.
A veces acabamos viviendo de una manera que no nos corresponde. Que no cuadra, ni encaja con nosotros. La falta de autenticidad y de verdad con uno mismo pasa factura a nuestro cuerpo y a nuestra mente. Vivir una vida de forma no auténtica tiene repercusiones que tu cuerpo y tus vivencias se encargarán de mostrarte sin tardar demasiado.
“Todo lo que nos irrita de otros nos lleva a un entendimiento de nosotros mismos”
Una vez más las proyecciones mejoran nuestro autoconocimiento. Al mismo tiempo que proyectamos, generamos la oportunidad de ver con nitidez en el otro aquello que no somos capaces de ver en nosotros. O que no queremos ver… la paradoja reside es que ni poniéndolo en este espejo muchas veces somos capaces de reconocerlo.
Las proyecciones pueden hacerse hacia aquello que detestamos en otros o hacia aquello que admiramos en los demás, pero que no vemos en nosotros mismos. Cuando te descubras sumamente irritado por algo que a priori debería darte igual plantéate si puede tener que ver con algo que detestas también de ti y no aceptas.
No se trata de odiarse a uno mismo, nada más lejos querría Jung. Se trata de comprender los propio puntos oscuros y aceptarlos para poder cambiarlos. Si no, siempre proyectaremos en el otro aquello que no aceptamos de nosotros mismos. Y una vez más estaremos condenados a una vida de engaño y no-autenticidad.
“Aquello a lo que te resistes, persiste”
Todas las lecciones que has de aprender en tu vida se te repetirán hasta que consigas aprenderlas e incorporarlas en el conocimiento que atesoras sobre ti y sobre el mundo. Cuántas veces has tropezado con el mismo tipo de personas que te han dañado, pero sigues ahí inmolándote en una tarea imposible. O cuántas veces te has visto resistiéndote a aceptar tus sombras.
Las amontonas en un cajón que no quieres ver. Pero siguen ahí, y cuanta más fuerza hagas por esconder tu naturaleza, con más virulencia brotará esta al exterior. De la manera incontrolable e impredecible porque tú, al tratar de taparla con la alfombra, has renunciado a ese control.
“La depresión es como una señora de negro. Si llega, no la expulses, más bien invítala como una comensal en la mesa, y escucha lo que te tiene que decir”
¿Cómo, si no, vamos a entender por qué ha aparecido…? Si no sentamos a estos invitados repentinos en nuestra mesa y les escuchamos, jamás entenderemos por qué aparecieron. Las emociones se agarran a un sentido para existir. Aparecen por un motivo concreto. Algo tiene que ser visto, escuchado y aceptado para poder ser cambiado. Vivir de espaldas a nosotros mismos no nos servirá de mucho. No tardarán en aparecer sensaciones desagradables y difíciles de digerir.
Sin duda, seguramente sean frases que resuenen en ti. Todas ellas nos invitan a ser auténticos, a no tapar lo que es nuestro, a escuchar lo que la vida quiere decirnos y a no darle la espalda. A respetarnos y a respetar a los demás sin colocarles de manera injusta lo que no les corresponde. Gracias, Jung, por todo el legado que dejaste y que nos ayuda en cada uno de nuestros procesos de crecimiento. Unos procesos que, por otro lado, jamás se interrumpen ni terminan.
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