miércoles, 31 de diciembre de 2014

ACUÉRDATE DE SOLTAR EL VASO


Un psicólogo, en una sesión grupal, levantó un vaso de agua. Todo el mundo esperaba la típica pregunta: “¿Está medio lleno o medio vacío?” Sin embargo, preguntó: – ¿Cuánto pesa este vaso? Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. El psicólogo respondió: “El peso absoluto no es importante. Depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema. Si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo un día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, es siempre el mismo. Pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, y más difícil de soportar se vuelve.”
Y continuó: “Las preocupaciones, los pensamientos negativos, los rencores, el resentimiento, son como el vaso de agua. Si piensas en ellos un rato, no pasa nada. Si piensas en ellos todo el día, empiezan a doler. Y si piensas en ellos toda la semana, acabarás sintiéndote paralizado, e incapaz de hacer nada.” ¡Acuérdate de soltar el vaso!

FUENTE: http://psiqueviva.com/CUENTOS-REFLEXION/

sábado, 6 de diciembre de 2014

UNA CARRERA DE SAPITOS



Érase una vez una carrera de sapos en el país de los sapos.

El objetivo consistía en llegar a lo alto de una gran torre que se encontraba en aquel lugar.
Todo estaba preparado y una gran multitud se reunió para vibrar y gritar por todos los participantes.
En su momento se dio la salida y todos los sapos comenzaron a saltar.
Pero como la multitud no creía que nadie llegara a la cima de aquella torre pues ciertamente, era muy alta, todo lo que se escuchaba era:
“No lo van a conseguir”.
Qué lástima.
Está muy alto.
Es muy difícil.
No lo van a conseguir”.
Así la mayoría de los sapitos empezaron a desistir.
Pero había uno que persistía, pese a todo, y continuaba subiendo en busca de la cima.
La multitud continuaba gritando:
“Es muy difícil.
No lo van a conseguir”.
Y todos los sapitos se estaban dando por vencidos.
Excepto uno que seguía y seguía tranquilo cada vez con más fuerza.
Finalmente fue el único que llegó a la cima con todo su esfuerzo.
Cuando fue proclamado vencedor muchos fueron a hablar con él y a preguntarle como había conseguido llegar al final y alcanzar semejante proeza.
Cual sería le sorpresa de todos los presentes al darse cuenta que este sapito era sordo.
Sé siempre sordo cuando alguien duda de tus sueños.
Fuente: http://cuentosespirituales.blogspot.com.ar/

sábado, 1 de noviembre de 2014

El espíritu del cambio



Saber que para sanar hay que moverse, gritar, patalear, llorar, contactar con el dolor. Saber que la única persona que puede hacer ese trabajo es uno mismo.
Algo se mueve dentro, una necesidad interna de cambio. La necesidad de individuarse, de volverse uno. De despegarse del padre interno, de la madre interna, de los mandatos familiares, de soltarlos. De despegarse de la razón como forma de vida. De empezar a creer. De empezar a crear. De empezar a cambiar la historia. De dejar de hacer predecible la historia. De empezar a escribir la propia historia. De dejar de que otros la escriban por uno.
El espíritu del cambio empieza buscando. Saber que para sanar hay que moverse, gritar, patalear, llorar, contactar con el dolor. Saber que la única persona que puede hacer ese trabajo es uno mismo.
La resistencia, la negación y la crítica son  típicos mecanismos de defensa contra el espíritu de cambio. Hay quienes se escudan en la razón para no contactar con el dolor. Están los que sienten tanto miedo, que pueden llegar a negar cualquier dolencia. Y no faltan los que critican cualquier forma de sanación, incluso antes de haberla probado.
No hay un camino, una escuela o un movimiento, un psicólogo, psiquiatra o un chaman con el que arrancar. Todo puede ayudar.
Maneras de alejarse del verdadero ser, es decir de no contactar con los verdaderos traumas, hay miles, millones. Maquillajes que pintan la cara de felicidad se consiguen por todos lados, aunque no dejan de ser maquillajes.
Si no tengo consciencia de la mala persona que soy, del daño que le hago a los demás, si tengo una desagradable relación con mi familia, con padres y hermanos, la meditación no servirá para nada, una consulta a  la astrología o al tarot, menos.
El espíritu del cambio lleva a desnudarse, enfrentarse con la propia cara sin mascaras, a confrontar con la propia sombra, a soltar el pasado que esta ahí retenido y que no deja crecer.
Las soluciones mágicas no existen, aunque el afuera se puede volver mágico cuando realmente se cambia por dentro

Por Gustavo Levin

jueves, 2 de octubre de 2014

LA PAZ PERFECTA

Había una vez un Rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta.
 Muchos artistas lo intentaron. El Rey admiró y observó todas las pinturas, pero solo hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.
   La primera era un lago muy tranquilo, era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban.
Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta. La segunda pintura, también tenía montañas, pero éstas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual brotaba un impetuoso aguacero con rayos truenos. Montaña abajo parecía el retumbar un espumoso torrente de agua.
  Todo esto no se revelaba para nada pacífico.
Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, vio tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido.
 
Allí en el rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en medio de su nido… Paz perfecta.
   El Rey escogió la segunda. Y explicó a sus súbditos el porqué: Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro ni dolor.
Paz significa que a pesar de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón .
   Creo que este es el verdadero significado de la paz.
   Cuando encontremos la paz en nuestro interior, tendremos equilibrio en la vida.
Publicado por CULTURA DORADA
Fuente: http://cuentosespirituales.blogspot.com.es/

domingo, 7 de septiembre de 2014

Autocensura Emocional

Le pusimos un velo de negatividad a emociones como el odio, el rencor, la tristeza, el miedo, cuando en el fondo son expresiones del espíritu humano, emociones tan válidas y libres de ser expresadas como sus “contrapartes”

   Resulta curioso ver que, a pesar de que vociferamos las bondades de la libertad, tenemos la costumbre de censurarnos unos a otros, y también a nosotros mismos.
   Por ejemplo, hemos convertido en un tabú la expresión de las emociones “negativas”, lo primero que le decimos a alguien que está triste es: no estés triste. Lo matamos. Le negamos de base la salida, le negamos la expresión de lo que sea que esa persona esté sintiendo (y que claramente necesita dejar salir).
   Le pusimos un velo de negatividad a emociones como el odio, el rencor, la tristeza, el miedo, cuando en el fondo son expresiones del espíritu humano, emociones tan válidas y libres de ser expresadas como sus “contrapartes”
   ¿Porque te vas a negar la expresión de lo que sea que quieres expresar?
   Básicamente nos autocensuramos porque nunca nadie nos enseñó que expresar ciertos estados es saludable. Tenemos una reacción violenta, y lo primero que recibimos es el juicio. Estamos tristes, y todo el mundo nos aconseja dejar de estarlo. La emoción negativa debe ser transitada, de lo contrario nunca podrá ser trascendida.
   Por otra parte tenemos el otro extremo, cuando nos quedamos masticando esas emociones (convirtiéndolo quizás en una sobreexpresión que más que buscar transcender el dolor, se regocija en él) porque, volvemos a lo mismo, nunca nadie nos enseño como “gestionar” esa expresión emocional. Carecemos de la educación emocional para hacerlo (pero este es otro tema).
   Volviendo al primer punto, repito la pregunta ¿Por qué me voy a negar la expresión de un estado que sé que estoy transitando? ¿Por qué voy a criticar o negarle al otro que exprese sus emociones “negativas”? El tema es complejo y tiene muchas aristas, pero lo que quiero expresar es que la autocensura emocional es antinatural. Somos seres amorosos y emocionales (antes incluso que racionales), y es natural que todo aquello que debe ser dicho, sea dicho.
Por Nicolás Tamayo
Imagen: Manish Verma
Fuente: http://www.animalespiritual.com/

martes, 2 de septiembre de 2014

LAS 5 HERIDAS QUE IMPIDEN SER UNO MISMO.

Cuando un bebé nace, sabe que la razón por la que se ha encarnado, es la de ser él mismo y vivir diversas experiencias. 
«Vivir las experiencias una y otra vez hasta que podamos aceptarlas y amarnos a través de ellas».
Al nacer nos concentramos principalmente en las necesidades de nuestra alma, la cual desea que nos aceptemos junto con nuestras experiencias. 
Sin embargo, poco después de nacer, nos damos cuenta de que cuando nos atrevemos a ser nosotros mismos, alteramos el mundo de los adultos. 
Y de ello deducimos que no es bueno ni correcto ser naturales. 
Este doloroso descubrimiento provoca crisis, las cuales llegan a ser tan frecuentes que creemos que son normales. 
He observado que la mayoría pasamos por las siguientes cuatro etapas: 
Después de conocer la alegría de ser nosotros mismo, aparece el dolor de tener que cambiar para adaptarnos a los demás. 
Entonces llega una crisis, la rebeldía. 
Con objeto de reducir el dolor, terminamos por crearnos una nueva personalidad para convertirnos en lo que los demás quieren que seamos. Algunas personas permanecen estancadas en esta etapa, reaccionan continuamente, están enojados o en permanente situación de crisis.
En las últimas etapas es cuando creamos numerosas máscaras, nuevas personalidades que sirven para protegernos del sufrimiento. 
Estas nuevas personalidades o formas de protegernos son cinco, y corresponden también a cinco grandes heridas fundamentales que sufre el ser humano. 
He podido comprobar que todos los sufrimientos del ser humano pueden resumirse en cinco heridas.
Las presento por orden cronológico: en el orden en que cada una de ellas aparecen en el transcurso de la vida:
RECHAZO         
ABANDONO         
HUMILLACIÓN          
TRAICIÓN         
INJUSTICIA
No necesariamente tenemos las cinco heridas. 
Con humildad y sinceridad, cada cual puede reconocer sus heridas. Reconocerlas es el primer paso en el proceso de sanación. 
Si nos cuesta identificar nuestras heridas, es porque nos ocultamos tras una máscara que se construyó para protegernos y no sufrir. 
Las máscaras de cada herida son las siguientes:
RECHAZO – HUIDIZO
ABANDONO – DEPENDIENTE
HUMILLACIÓN – MASOQUISTA
TRAICIÓN – CONTROLADOR
INJUSTICIA – RÍGIDO
Reconocerlas, es sanarnos y si sanamos, podemos volver a ser esos seres que hemos venido a ser aquí en la Tierra.
Herramientas para sanar.
Extracto del libro: Las 5 heridas que impiden ser uno mismo.
Lise Burbeau.

sábado, 23 de agosto de 2014

Aprendiendo de nuestros errores


¿Cuántas veces te has sentido en tu vida, en el límite?  Y cuando me refiero a ese límite, no es solamente entra la salud y la enfermedad, entre saber lo que hacer y no saber lo que hacer, es ese límite que tiene que ver también con reacciones que tenemos muchas veces en forma desmesurada o desproporcionada frente al suceso que nos tiene como protagonistas.
Y yo creo que cada ser humano en algún momento de su vida se ha sentido con esa quizás desagradable sensación de estar en el límite. En el límite de nuestras fuerzas, en el límite de nuestro control emocional, en el límite del funcionamiento de nuestro cuerpo físico, en el límite del pensamiento.

Y… claro, surge inmediatamente la idea y el concepto de que lo ideal sería no llegar a esa situación tan extrema. Pero… a la vez también tenemos que preguntarnos: ¿por qué llegamos a ese tipo de situaciones? ¿Por qué se nos dan en la vida circunstancias y escenarios que nos hacen sentir como que el precipicio está ahí, a un paso, a centímetros de donde estamos? Y sin embargo, con uñas y dientes nos aferramos a la vida y nos aferramos al equilibrio y nos aferramos a intentar mantener esa armonía y esa paz interior. ¿Por qué? Porque por sobre todas las cosas prima el deseo de vivir. Y prima el deseo de VIVIR CON DIGNIDAD.

Y ahora veamos entonces por qué llegamos tantas veces a estar en ese límite. Y llegamos, en primer lugar, porque tanto tú, como yo, como todas las personas, no somos iguales los trescientos sesenta y cinco días del año, ni somos iguales durante toda la vida. Entonces cuando uno piensa en los acontecimientos en los que se ve involucrado, muchas veces uno dice, caramba, veinte años atrás o diez años atrás yo no hubiera reaccionado como reaccioné hoy. ¿Qué me pasa? ¿Estoy envejeciendo? ¿Estoy más intolerante? ¿Estoy más irritable? ¿Estoy más sensible? Y sí, quizás haya un poquito de cada una de esas cosas como los ingredientes de una comida que uno va agregando hasta darle la forma definitiva. Así somos los seres humanos también. Somos la suma no solamente de las cosas que nos pasan sino también de las transformaciones que suceden en ese mundo interior que cuando se confronta al mundo externo hace que nosotros emocionalmente reaccionemos de una u otra forma frente a las situaciones que nos convocan.

Aquí la interrogante es: ¿esas reacciones, son favorables para nosotros? ¿Nos dejan un saldo positivo o todo lo contrario, nos sumen en una oscuridad cada vez más profunda, en una angustia, en un no saber qué hacer, en una inseguridad, en una falta de certeza?

Y… si la respuesta que tú estás pensando llegara a ser positiva, urgentemente tenemos que empezar a modificar nuestra manera de responder frente a este tipo de situaciones. Y si bien es cierto que no somos las mismas personas porque a todos nos suceden cosas y eso nos va modificando  y nos va transformando, también tenemos la obligación de darnos cuenta que si la manera de reaccionar frente a las cosas que nos suceden termina siendo francamente negativa para nuestra salud física y nuestra salud emocional, se torna absolutamente necesario ver cómo podemos hacer para modificar ese tipo de reacciones.

Y sí, seguramente, en ese análisis retrospectivo, en ese análisis que voy a hacer sobre los episodios que pautaron mi vida, me voy a encontrar con que tengo algunas o muchas carencias en mi autoestima y que gran parte de mis reacciones, muchas veces, vuelvo a repetir, desmesuradas o desproporcionadas, tienen que ver con esa ausencia de confianza en mí mismo que hace que vea a todo lo que está a mi alrededor como un enemigo potencial y a su vez también una falta de respeto por mi propia persona, porque me he dejado invadir,  me he dejado manipular, me he dejado llevar muchas veces hasta el límite, porque muchas veces no es que yo solo haya llegado al límite, sino que me he dejado pasivamente transportar hasta esa situación tan desfavorable y tan incómoda para mi persona.

Pero como no hay mal que dure cien años, siempre llega el momento en el cual nosotros reaccionamos y nos damos cuenta que de esta manera no podemos seguir viviendo y no podemos seguir reaccionando.
Ahora, ¿dónde está la llave de este tesoro? ¿Está en cambiar las circunstancias externas y a los demás? ¿Los escenarios que se mueven alocadamente día a día delante de nuestros ojos? O quizás el cambio sea mucho más reflexivo y esas modificaciones las tengamos que hacer nosotros de la piel hacia adentro, mirándonos en ese espejo del alma y tomando un café con nosotros mismos. Uno, o varios, para empezar a armar nuevamente ese rompecabezas que es la vida de cada uno de nosotros, para poder, en primer lugar, entendernos a nosotros mismos.

Desde pequeño tienes que tomar decisiones. Nunca sabes de antemano si son las correctas. Así es la vida. Primero tienes que vivirla y luego reconocer si acertaste o erraste. Si te has equivocado, lo importante es que aprendas de tus fallas. El ser humano se forma constantemente hasta el último día de su existencia. ¡Ten la humildad de reconocer tus errores y extraer de ellos lo mejor!

WALTER DRESEL

sábado, 2 de agosto de 2014

POEMA PARA ESTAR BIEN CON UNO MISMO



Tú te conoces a ti mismo
y a pesar de ello has rehusado
a estar contigo mismo
culpando a las cosas que hay que hacer
a la gente que hay que atender
a los trabajos que hay que realizar
a la prisa y al cansancio.
Te pasa lo mismo
que te ocurre cuando en dirección contraria
viene una persona conocida
y tú desvías la vista
haces como si no la hubieses visto
para no saludarla
porque no quieres estar con ella
o porque vas muy de prisa.
Ahora en este instante
encuéntrate contigo mismo
devuélvete la mirada a tu alma
saluda con amabilidad a ese que eres
escucha lo que tienes que decirte.
No hay trabajo más urgente que éste
el cansancio desaparecerá te entretendrás
olvidarás la prisa y el ajetreo.

Osvaldo Ulloa Sánchez

jueves, 24 de julio de 2014

EL SÍNTOMA TE HABLA

 Hola, tengo muchos nombres: dolor de rodilla, grano, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, gripe, dolor de espalda, ciática, cáncer, depresión, migraña, tos, gripe, dolor de garganta, insuficiencia renal, diabetes, hemorroides, y la lista sigue y sigue. Me he ofrecido como voluntario para el peor trabajo posible: ser el portador de noticias poco gratas para vos. Vos no me comprendes, nadie me comprende. Pensás que quiero fastidiarte, echar a perder tus planes de vida, todos piensan que quiero entorpecerles, hacerles daño o limitarles. Y no, eso sería un completo disparate. Yo, el síntoma, simplemente intento hablarte en un lenguaje que comprendas. Que entiendas. A ver, decime algo, ¿irías a negociar con terroristas, tocando a su puerta con una flor en la mano y una camiseta con el símbolo de "paz" impreso en la espalda? ¿No verdad?. Entonces, por qué no comprendes que yo, el síntoma, no puedo ser "sutil" y "suavecito" cuando debo darte el mensaje. Me golpeas, me odias, con todo el mundo te quejas de mi, de mi presencia en tu cuerpo, pero no te tomas ni un segundo en razonar y tratar de comprender el motivo de mi presencia en tu cuerpo. Sólo te escucho decirme: "Cállate", "vete", "te odio", "maldita la hora en que apareciste", y mil frases que me hacen impotente para hacerte comprender. Pero yo debo mantenerme firme y constante, porque debo hacerte entender el mensaje. ¿Y vos qué hacés? Me mandás a dormir con remedios. Me mandas callar con tranquilizantes, me suplicas desaparecer con antiinflamatorios, me quieres borrar con quimioterapias. Intentas días con día, taparme, sellarme, callarme. Y me sorprende ver que a veces, hasta prefieres consultar brujas y adivinos para que de forma "mágica" yo me vaya de tu cuerpo. Y yo, cuando mi única intención es darte un mensaje, soy totalmente ignorado. Imagináte que soy esa alarma con sirena en el Titanic, esa que intenta de mil formas decirte que de frente hay un Iceberg con el que vas chocar y hundirte. Sueno y sueno por horas, por días, por semanas, por meses, por años, intentando salvar tu vida, y tú te quejas porque no te dejo dormir, porque no te dejo caminar, porque no te dejo trabajar, pero sigues sin escucharme... ¿Vas comprendiendo?? Para vos, yo el síntoma, soy "La Enfermedad". Qué cosa más absurda. No confundas las cosas. Y vas al médico, y pagas por docenas de consultas médicas. Gastas dinero que no tienes en medicamento tras medicamento. Y sólo para callarme. Yo no soy la enfermedad, soy el síntoma. ¿Por qué me callas, cuando soy la única alarma que está intentando salvarte? La enfermedad, "eres vos", "es tu estilo de vida", "son tus emociones contenidas", eso sí es la enfermedad. Y ningún médico aquí en el planeta tierra, sabe cómo combatir enfermedades. Lo único que hacen es combatirme, combatir el síntoma. Callarme, silenciarme, desaparecerme. Ponerme un maquillaje invisible para que vos no me veas. Y sí, está bien si ahora que lees esto, te sientes un poco molesto sí. Esto debe ser algo como un "golpazo a tu inteligencia". Está bien si por ahora te sientes un poco molesto o frustrado. Pero yo puedo manejar tus procesos bastante bien y los entiendo. De hecho, es parte de mi trabajo, no te preocupes. La buena noticia es que depende de vos no necesitarme más. Depende totalmente de vos, analizar lo que trato de decirte, lo que trato de prevenir. Cuando yo, "el síntoma", aparezco en tu vida, no es para saludarte, no. Es para avisarte que una emoción que contuviste dentro de tu cuerpo, debe ser analizada y resuelta para no enfermarte. Deberías darte la oportunidad de preguntarte a ti mismo: "por qué apareció este síntoma en mi vida", "qué querrá decirme"?.¿Por qué está apareciendo este síntoma ahora?, ¿Qué debo cambiar en mí para ya no necesitar de este síntoma?. Si dejás este trabajo de investigación, sólo a tu mente, la respuesta no te llevará más allá de lo que has hecho años atrás. Debes consultar también con tu inconsciente, con tu corazón, con tus emociones. Por favor, cuando yo aparezca en tu cuerpo, antes de correr al doctor para que me duerma, analiza lo que trato de decirte, de verdad que por una vez en la vida, me gustaría ser reconocido por mi trabajo, por mi excelente trabajo. Y entre más rápido hagas conciencia del por qué de mi aparición en tu cuerpo, más rápido me iré. Poco a poco descubrirás, que entre mejor investigador seas, menos veces vendré a visitarte. Y te aseguro que llegará el día en que no me vuelvas a ver ni a sentir. Al mismo tiempo que logres ese equilibrio y perfección como "analizador" de tu vida, tus emociones, tus reacciones, tu coherencia, te garantizo que jamás volverás a consultar a un médico ni a comprar remedios. Por favor, déjame sin trabajo. ¿O pensás de verdad que yo disfruto lo que hago? Te invito a que reflexiones, cada que me veas aparecer, el motivo de mi visita. Te invito, a que dejes de presumirme con tus amigos y familia como si yo fuera un trofeo. Estoy harto de que digas: "Ay pues yo sigo con mi diabetes, ya ves que soy diabético". "Ay, ya no aguanto el dolor en mis rodillas, ya no puedo caminar". "Siempre yo con mi migrañas". Me presumes como si yo fuera un tesoro del cual no piensas desprenderte jamás. Mi trabajo es vergonzoso. Y te debería dar vergüenza presumirme ante los demás. Cada vez que me presumes, realmente estás diciendo: "Miren que débil soy, no soy capaz de analizar ni comprender mi propio cuerpo y mis propias emociones, no vivo en coherencia, mírenme, mírenme!". Por favor, tomá conciencia, reflexiona y actúa. Entre más pronto lo hagas, más rápido me iré de tu vida! Atte,
El síntoma.

domingo, 15 de junio de 2014

EL MENSAJE DE LOS SÍNTOMAS FÍSICOS.







Hola! Tengo muchos nombres: dolor de rodilla, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, gripe, dolor de espalda, ciática, cáncer, depresión, migraña, tos, dolor de garganta, insuficiencia renal, diabetes, y la lista sigue y sigue...

Me he ofrecido como voluntario para ser el portador de noticias poco gratas para ti.

Tú piensas que quiero fastidiarte, echar a perder tus planes, todos piensan que quiero entorpecerles, hacerles daño o limitarles.
Y no, eso sería un completo disparate.
Yo, el síntoma, simplemente te hablo en un lenguaje diferente. 
Entonces, no puedo ser “sutil” y “suavecito”cuando debo darte un mensaje.
Te quejas de mi, de mi presencia en tu cuerpo, pero no te tomas ni un segundo en reflexionar y tratar de comprender el motivo de mi visita.
Sólo te escucho decirme: “Cállate”, “vete”, “maldita la hora en que apareciste”, y mil frases mas. Pero debo mantenerme firme y constante, porque debo hacerte entender el mensaje.

¿Qué haces tú? Me mandas a dormir con medicinas. Me mandas callar con tranquilizantes, me suplicas desaparecer con antiinflamatorios, me quieres borrar con quimioterapias. 
Intentas días tras días, taparme, sellarme, callarme.
Cuando mi única intención es darte un mensaje y soy totalmente ignorado.

Imagínate que soy una alarma que suena y que intenta de mil formas decirte que de frente hay un Iceberg con el que vas chocar y hundirte. Sueno y sueno por horas, por días, por semanas, por meses, por años, intentando avisarte, y tú te quejas porque no te dejo dormir, porque no te dejo caminar, porque no te dejo trabajar, pero sigues sin escucharme…
¿Vas comprendiendo??

Para ti, yo el síntoma, soy “La Enfermedad”.
¡Qué cosa más absurda! No confundas las cosas.
Vas al médico, y pagas por docenas de consultas médicas.
Gastas dinero en medicamentos tras medicamentos. Y sólo para callarme.

Yo no soy la enfermedad, soy el síntoma. ¿Por qué me callas, cuando soy la única alarma que puede avisarte que algo en ti no va bien?

La enfermedad, “eres tú”, “es tu estilo de vida”, “son tus emociones contenidas”, eso sí es la enfermedad. 
Depende totalmente de ti, reflexionar sobre lo que trato de decirte, lo que trato de prevenir.
Cuando yo, “el síntoma”, aparezco en tu vida, es para avisarte que una emoción que contuviste dentro de tu cuerpo, debe ser mirada y resuelta para no enfermarte.

Deberías darte la oportunidad de preguntarte a ti mismo: “¿Por qué apareció este síntoma en mi vida?”, “¿Qué querrá decirme”?
¿Por qué está apareciendo este síntoma ahora?
¿Qué debo cambiar en mí?

Debes consultar con tu interior, con tu corazón, con tus emociones.
Por favor, cuando yo aparezca en tu cuerpo, antes de ir al médico para que me duerma, reflexiona en lo que trato de decirte.
Cuanto más rápido hagas conciencia del por qué de mi aparición en tu cuerpo, más rápido me iré.
Poco a poco descubrirás, que cuanto más te ames, menos veces vendré a visitarte. Y te aseguro que llegará el día en que no me vuelvas a ver ni a sentir.
Por favor, déjame sin trabajo. 

Te invito a que reflexiones cada vez que me veas aparecer, cuál es el motivo de mi visita.
Deja de decir:
“Pues yo sigo con mi diabetes, ya ves que soy diabético”.
“Pues ya no aguanto el dolor en mis rodillas, ya no puedo caminar”.
“Siempre con mi migrañas”.
Por favor, haz conciencia, reflexiona, actúa y haz los cambios necesarios.
Cuanto antes lo hagas, más rápido me iré de tu vida!
Atte. El síntoma
Reikitepic

sábado, 14 de junio de 2014

Cuando conoces la verdad

El tren ha comenzado a moverse. Está cargado de gente de todas las edades, la mayoría obreros y jóvenes estudiantes de universidad, tanto hombres como mujeres. Cerca a la ventana se sentaba un anciano con su hijo de 30 años.

Mientras el tren se mueve, el hijo está sobrecogido de gozo, encantado por el paisaje fuera.
   “Ve, papá, el paisaje de los árboles verdes alejándose es muy hermoso”.
   Esta conducta del hijo de 30 años hizo que los demás se sintieran incómodos con él. Todos comenzaron a murmurar una cosa u otra acerca de este hijo.
   “Este tipo parece estar loco”, el recién casado Anup le susurró a su esposa.
   De repente comenzó a llover. Las gotas de lluvia cayeron sobre los pasajeros a través de la ventana abierta. El hijo de 30 años, lleno de gozo decía: “Ves, papá, cuán hermosa es la lluvia…”
   La esposa de Anup se molestó con las gotas de lluvia, ya que caían sobre su nuevo vestido, dañándolo.
   “Anup, ¿no puedes ver que está lloviendo? Usted, anciano. Si su hijo no se siente bien, llévelo a un asilo mental pronto y no moleste a los demás”.
   El anciano titubeó primero y entonces contestó en tono bajo: “Regresamos a casa del hospital. Mi hijo fue dado de alta esta mañana. Nació ciego y no fue sino hasta la semana pasada que recobró la vista. La lluvia y la naturaleza son nuevas a sus ojos. Por favor, perdónennos la inconveniencia causada”.
   ¡Cuán necesario nos es el empatizar con los demás y tratar de colocarnos en sus zapatos! Y es que muchas veces lo que aparenta ser la realidad a primera vista, simplemente no lo es.
   Tal vez la clave consista en siempre darle a los demás el beneficio de la duda, reconociendo que lo que hacen debe tener sentido en sus mentes y corazones, que tal vez sea motivado por un trasfondo distinto al nuestro y que tal vez sea solo una reacción transitoria.
   Dejemos de juzgar a ser Dios y aceptemos que nunca tendremos toda la información, ni comprensión completa de situación alguna y que, al emitir juicio debemos estar conscientes de ello. Si así lo hacemos, podremos siempre extender una mano amiga y tierna a quien ha experimentado menos bendiciones que nosotros. Adelante y que el Señor les bendiga.
Raúl Irigoyen
Fuente: senderoespiritual.com

domingo, 8 de junio de 2014

¿CUÁNDO LLEGA EL AMOR VERDADERO?


Nada tiene que ver con el egoísmo el quererte mucho, sentir amor por ti mismo/a es importante y necesario, después amar a los demás, amar la vida.
Detrás del éxito esta el amor porque si amas lo que haces tendrás éxito sino es en un lugar podra ser en otro. El amor por ti debe ser todos los días así como tu amor por quienes te rodean.
La felicidad no depende del estar enamorado y ser correspondido, depende del valor que le das a las cosas, cuando amas de verdad llega la felicidad, pero si continuas deseando a una persona sin amarla y amarte a ti mismo de allí nacen los celos y poco a poco el amor se empieza a perder tanto desde tu corazón como de tu pareja. El amor verdadero empieza en uno mismo cuando uno mismo se quiere de verdad, el amor verdadero entonces empieza a llegar poco a poco en tu realidad exterior, cada día mírate al espejo y dile a esa persona que ves: TE AMO!

Gracias.
marilolopezgarrido

miércoles, 4 de junio de 2014

AUTOESTIMA

Tu Autoestima la estás creando constantemente, día a día, con tus pensamientos, sentimientos, emociones, hábitos y actitudes . Tú construyes tu propia autoestima con la cual creas también gran parte de tu vida y de tu mundo, de tu realidad, de tu entorno, de lo que vives, experimentas y de lo que en esta realidad eres.


Una baja autoestima te crea un mundo muy diferente de una autoestima adecuada. La baja autoestima te lleva a hacer muchas cosas que no desearías vivir, te crea miedos, rechazos de los demás, te sientes incapaz para realizar los retos con éxito. En definitiva, te lleva a crearte una vida muy diferente de la que llevarías si tuvieras una alta Autoestima.

Si te aceptas y te amas ahora, en este preciso momento, sin importar donde ni con quien estés, ni lo que estés haciendo o si estás gordo/a o tienes o no pareja, dinero, etc, estás creando el tipo de vida que quieres tener.

Recuerda que eres un creador deliberado de tus experiencias. Y ASÍ ES…

®Rosa Arauz. Lider Certificada a nivel Internacional por la Organización Sana Tu Vida. Louise L. Hay. EDUCANDO PARA LA VIDA. EDUCANDO PARA EL AMOR DESDE 1999.

viernes, 2 de mayo de 2014

LA VIDA DE LOS OTROS


Dejarse poseer por el espíritu de algún familiar o alguna persona que se está apoderando de mis actos es responsabilidad propia. Quien se deja poseer es uno mismo.



Dejarse poseer por el espíritu de algún familiar o alguna persona que se está apoderando de mis actos es responsabilidad propia. Quien se deja poseer es uno mismo. Quien le da el poder a un ser cualquiera, sea padre, madre, estrella de rock, abuelo, maestro, amigo, tío, actriz, gobernador o modelo de pasarela, es al fin y al cabo uno mismo. Ya no somos niños ni adolescentes. Ahora si tenemos el control sobre nuestras vidas.  Ahora si podemos elegir a que prestarle atención.
Habría que preguntarse ¿Qué mandatos familiares se están apoderando de mis actos? Quien es el que está actuando? A quien estoy imitando? No se trata solo de venderle el alma al diablo, se le puede vender el alma al tío, a un ser encantador, al tipo de la publicidad que veo en la televisión, a un compañero de trabajo, etc. Y gratis! O peor aun, pagando un precio alto. Ser el otro.
Si es mi propia esencia la que está caminando por la vida y es mi corazón el que me está llevando, estaré recorriendo mi propio camino. Malo, bueno, pero mío al fin. Ahora, si el que está dirigiendo mis actos es otro, estoy en problemas.
Puedo tomar consciencia sobre quien es el que se está apoderando de mi? A quien estoy repitiendo? Qué es lo que estoy repitiendo?
Hacer consciente esa inconsciencia puede ser revelador. Identificar la vida de quien estamos viviendo es un paso. Soltar a esa persona de la nuestra, es un salto. Un salto a vivir nuestra propia vida. Y no confundir desprenderse con escapar. Desprenderse es sacar esencialmente lo que está impidiendo que uno sea uno hacia afuera. Escapar será simplemente alejarse del cuerpo físico de quienes creemos que nos están haciendo daño. Primero habrá que soltarlos, luego se alejarán solos porque no tendrán nada que hacer a nuestro lado.


                                                                                                                           POR GUSTAVO LEVIN

martes, 1 de abril de 2014

ARRIESGATE



Dos semillas estaban juntas en el suelo primaveral y fértil.

La primera semilla dijo:

—¡Yo quiero crecer! Quiero hundir mis raíces en la profundidad del suelo que me sostiene y hacer que mis brotes empujen y rompan la capa de tierra que me cubre… Quiero desplegar mis tiernos brotes como estandartes que anuncien la llegada de la primavera… ¡Quiero sentir el calor del sol sobre mi rostro y la bendición del rocío de la mañana sobre mis pétalos!
Y así creció.

   La segunda semilla dijo:

—Tengo miedo. Si envío mis raíces a que se hundan en el suelo, no sé con qué puedo tropezar en la oscuridad. Si me abro paso a través del duro suelo puedo dañar mis delicados brotes… Si dejo que mis capullos se abran, quizá un caracol intente comérselos… Si abriera mis flores, tal vez algún chiquillo me arrancara del suelo. No, es mucho mejor esperar hasta un momento seguro.

   Y así esperó.

   Una gallina que, a comienzos de la primavera, escarbaba el suelo en busca de comida encontró la semilla que esperaba y sin pérdida de tiempo se la comió.

MORALEJA: A los que se niegan a arriesgarse y a crecer los devora la vida.

PATTY HANSEN
Pintura Nica Gimeno

Fuente: https://www.facebook.com/pages/Psicóloga-Emocional/

jueves, 6 de marzo de 2014

Con el tiempo te das cuenta...

“Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia

entre sostener una mano y encadenar un alma.
Y uno aprende que el amor no significa acostarse,
y que una compañía no significa seguridad,
y uno empieza a aprender…

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos,
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes…
y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad.

Y uno aprende que si es demasiado
hasta el calor del sol puede quemar.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno es realmente fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende… y así cada día.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien
porque te ofrece un buen futuro,
significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz
de amarte con tus defectos y sin pretender cambiarte
puede brindarte toda la felicidad.

Con el tiempo aprendes que si estás con una persona
sólo por acompañar tu soledad,
irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados
y quien no lucha por ellos, tarde o temprano,
se verá rodeado sólo de falsas amistades.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira 
siguen hiriendo durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace,
pero perdonar es atributo sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente es muy probable que la amistad nunca sea igual.

Con el tiempo te das cuenta que aún siendo feliz con tus amigos,
lloras por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida,
con cada persona, es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta que el que humilla
o desprecia a un ser humano, tarde o temprano
sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o desprecios.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy,
porque el sendero del mañana no existe.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen ocasiona que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro,
sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, 
añorarás a los que se marcharon.

Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón,
decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas,
decir que quieres ser amigo, pues ante una tumba, ya no tiene sentido.

Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo…”